Discussione:Inni sacri/La Pentecoste

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Traduzione in spagnolo

Pentecostés Alessandro Manzoni Himnos Sagrados (1812)

Madre de los Santos, imagen de la ciudad suprema; de la Sangre incorruptible eterna preservadora; (5) tú que, durante muchos siglos, sufres, combates y rezas, deja que tu manto se despliegue de un mar al otro mar (1);

campo de los que esperan; (10) Iglesia del Dios vivo; dónde estuviste? Qué rincón te reúne al renacer, cuando tu Rey, llevado por los pérfidos a morir en el cerro, (15) tiñó de carmesí el césped de su sublime altar (2)?

(1) Y él dominará de mar a mar (Sal 72,8) [p. 691]. (2) Me harás un altar de tierra (Ex 20,24) [p. 691].

[Página 675]

Y cuando de la oscuridad emergió la Vida desnuda, colocó el potente anhelo (20) por la segunda Vida;

y cuando, en la mano trayendo

el precio del perdón, de este polvo al trono del Padre ascendió;

(25) compañera de su gemido, consciente de sus misterios, tú, de su victoria hija inmortal, dónde estabas? En tu terror solo vigilante, (30) solo en el olvido segura, estabas en secretas paredes, hasta aquel sagrado día,

cuando sobre ti el Espíritu Renovador descendió, (35) y la antorcha no consumida en tu mano derecha encendida; cuando, señal de la gente, te colocó en el monte,

y en tus labios la fuente

(40) de la palabra abierta.

Cómo la luz rápida (3) se posa de cosa en cosa, y los varios colores que evoca dondequiera que reposa; (45) así se posó múltiple la voz del Espíritu: El Árabe, el Parto, el Sirio en su sermón lo escuchó.

(3) Ustedes son la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte (Mt 5,14) [p. 691].

[Página 676]

Adorador de ídolos, (50) esparcido por todas las orillas, vuelve tu mirada a Solima, escucha ese santo llanto: Cansado del vil homenaje, la tierra a ÉL retorna: (55) Y tú que abres los días de una más feliz edad,

novia, que suscitas el súbito salto del mundo oculto; ya estás cerca de abrir (60) el útero doloroso; a la mentirosa madrina no levantes el canto: Crece reservado al Santo lo que hay en tu corazón.

(65) Por qué, besando a los pequeños, la esclava aún suspira? Y el seno que nutre y libera envidiando mira? No sabe qué al reino a los miserables (70) consigo el Señor lleva? Qué en todos los hijos de Eva en su dolor pensó?

Una nueva franquicia anuncian los cielos, y gente nueva; (75) nuevas conquistas, y gloria ganada en más bellas pruebas; de nuevo, a terrores inmóviles y a los halagos traicioneros, paz, que el mundo ríe, (80) pero secuestrar no puede.

[Página 677]

Oh, Espíritu! Suplicantes ante tu solemne altar; solo en selva inhóspita; vagas en desiertos mares; (85) ejerciendo de los Andes al Líbano, desde Erina (Grecia) al erizado Haití, esparcidos por todas las luchas, uno para ti de corazón.

(Nota del traductor)

Te imploramos! Acomodadizo (90) Espíritu, desciende de nuevo, a tus seguidores propicio, propicio a los que te ignoran; desciende y recrea; revive el corazón sin duda extinto; (95) y que divinamente al vencido recompense el vencedor.

Desciende Amor, en las almas la ira orgullosa disminuye: Da los pensamientos que la memoria (100) última no muta; que tus dones benéficos nutran tu virtud; como el sol abre del perezoso germen la flor;

(105) que lento sobre la humilde hierba morirá sin recoger, ni se levantará con el brillante color del borde desprendido, si se fusiona con él en el éter (110) no tornará esa suave luz, dadora de vidas, y fatigado altar.

[Página 678]

Te imploramos! Sobre los lánguidos pensamientos del infeliz (115) desciende un agradable aliento, aura reconfortante: Desciende tormenta sobre los tímidos pensamientos del violento: Te inspira un consternamiento (120) que enseña piedad.

Porque llevas a los pobres (4) al cielo, cual es el suyo, la pestaña, vuelve tus lamentos júbilo, pensando en a Quien se asemeja: (125) Del cual donó una copia, regalos con rostro amigable, con ese silencio modesto, que acepto el don que da.

Aliento de nuestros pequeños (130) en inefable risa; esparce la casta púrpura en el rostro de las doncellas; envía a las escondidas vírgenes la pura alegría escondida; (135) consagra de las esposas el verdadero amor.

Atempera de los audaces jóvenes el confiado ingenio; mantén el viril propósito (140) como infalible signo; adorna las canas de felices y santos deseos; brilla en la mirada errante de quienes esperando mueren.

Notas: (1) Y él dominará de mar a mar (Sal 72,8) [p. 691]. (2) Me harás un altar de tierra (Ex 20,24) [p. 691]. (3) No se puede ocultar una ciudad asentada sobre una montaña (Mt 5,14) [p. 691]. (4) Bienaventurados los pobres, porque suyo es el reino de Dios (Mt 5,3) [p. 691].

[Página 679] Ruben Alberto Diaz Castano (disc.) 19:29, 24 nov 2023 (CET)[rispondi]