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i932: (miscellanea) iio7 » ser humanista, sus ejercicios y estudios componer libros para dar â la estampa, todos de gran provecho y no menos en- tretenimiento para la repüblica: que el uno se intitulaba El de las libreas, donde pintaba setecientas y tre libreas con sus colores, motes y cifras, de donde podian sacar y tornar las que quisiesen en tiempo de festas y regocijos los caba- lleros cortesanos, sin andarlas mendigando de nadie, ni lam- bicando, corno dicen, el cerbelo por sacarlas conformes â sus deseos y intenciones; porque doy al zeloso, al desdena- do, al olvidado y al ausente las que les convienen, que les vendrân mas justas que pecadoras. Otro libro tengo tam- bien, a quien he de llamar, Metamorfóseos, ó, Ovidio espa- nolt de invencion nueva y rara; porque en él, imitando â Ovidio â lo burlesco, pinto quién fué la Giralda de Sevilla y el ângel de la Magdalena, quién el cano de Vecinguerra de Cordoba, quién es los toros de Guisando, la Sierra Morena, las fuentes de Leganitos y Lavapiés en Madrid, no olvidân- dome de la del Piojo, de la del Cano dorado y de la Priora; y esto con sus alegorias, metâforas y translaciones, de modo que alegran, suspenden y ensenan â un mismo punto. Otro libro tiengo, que le llamo Suplemento â Virgilio Polidoro, que trata de la invencion de las cosas, que es de grande eru- dicion y estudio, â causa que las cosas que se dejô de decir Polidoro de gran sustancia, las averiguo yo, y las declaro por gentil estilo. Olvidósele â Virgilio de declararnos quién fué el primero que tuvo catarro en el mundo, y el primero que tomo las unciones para curarse del mor|bo gàlico, y yo lo declaro al pie de la letra, y lo autorizo con mas de veinte y cinco autores, porque vea vuesa merced si he trabajado bien, y si ha de ser util el tal libro a todo el mundo». Sancio si interessa, com’è naturale, specialmente a quest’ultimo libro, e pone delle quistioni air«humanista»: « 1 Quién fué el primero que se rascó en la cabeza? » (...). «Iquién fué el primer volteador del mundo?» e risponde che il primo fu Adamo, che avendo testa e capelli, certo talvolta dovette grattarsi la testa, e il secondo Lucifero, che espulso dal cielo, cadde «volteando» fino agli abissi dell’in- ferno \ Il tipo mentale dell’humanista ritratto dal Cervantes si è
